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jueves, 23 de abril de 2009
Camino a Jerusalen, Las tropas del Anticristo tomando posiciones
Los reyes del norte y del sur
Daniel 11(35,45)
También algunos de los entendidos caerán, a fin de ser refinados, purificados y emblanquecidos hasta el tiempo del fin; porque aún está por venir el tiempo señalado. Caida del Imperio Seleucida.(Antioco Epifanes)
El Anticristo moderno
El rey hará lo que le plazca, se enaltecerá y se engrandecerá sobre todo dios, y contra el Dios de los dioses dirá cosas horrendas; él prosperará hasta que se haya acabado la indignación, porque lo que está decretado se cumplirá.
No le importarán los dioses de sus padres ni el favorito de las mujeres, tampoco le importará ningún otro dios, porque él se ensalzará sobre todos ellos.
En su lugar honrará al dios de las fortalezas, un dios a quien sus padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, piedras preciosas y cosas de gran valor.
Y actuará contra la más fuerte de las fortalezas con la ayuda de un dios extranjero; a los que le reconozcan colmará de honores, los hará gobernar sobre muchos y repartirá la tierra por un precio.
Y al tiempo del fin, el rey del sur se enfrentará con él, y el rey del norte lo atacará con carros, jinetes y con numerosas naves; entrará en sus tierras, las invadirá y pasará.
También entrará a la Tierra Hermosa, y muchos países caerán; mas éstos serán librados de su mano: Edom, Moab y lo más selecto de los hijos de Amón.
Y extenderá su mano contra otros países, y la tierra de Egipto no escapará.
Se apoderará de los tesoros ocultos de oro y plata y de todas las cosas preciosas de Egipto. Libios y etíopes seguirán sus pasos.
Pero rumores del oriente y del norte lo turbarán, y saldrá con gran furor para destruir y aniquilar a muchos.
Y plantará las tiendas de su pabellón entre los mares y el monte glorioso y santo; pero llegará a su fin y no habrá quien lo ayude.
Voz de "alarma" de Hillary Clinton
Talibanes a punto de controlar Pakistán: EEUU prepara el escenario para una invasión
En lo que algunos analistas caracterizan como una "preparación de escenario" para una invasión militar de EEUU a Pakistán, Hillary Clinton advirtió de que el país "puede caer en manos de los extremistas", que ganan -según EEUU- terreno e imponen su ley en lugares estratégicos. Washington estaría creando una sensación de "peligro inminente" y de "impotencia del gobierno pakistaní" para justificar una operación militar contra ese país. Washington presiona al gobierno de Islamabad para obligarlo a un nuevo pacto que le permita cerrar su objetivo de ocupación militar en el enclave estratégico de la frontera Afganistán-Pakistán.
Informe
IAR Noticias
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, advirtió de que Pakistán "está en peligro" de caer en manos de los talibanes por el recrudecimiento de la actividad de los terroristas en ese país.
Clinton "advirtió" en el Senado de EEUU que los extremistas islámicos ganan terreno más allá de las provincias tribales y se acercan hasta Islamabad, capital paquistaní.
Según publica The New York Times, esta semana ha caído en manos de los talibanes uno de los distritos más importantes y estratégicos del país, Buner, donde residen alrededor de un millón de personas.
Buner, a unos 100 kilómetros de Islamabad, es puerta de entrada a Mardan, la segunda ciudad más grande en la Provincia de la Frontera del Noroeste. En Buner, los talibanes han establecido un control efectivo y estratégico que pone de manifiesto la incapacidad del Gobierno y el Ejército para detenerlos, señala el Times.
El gobierno pakistaní, a su vez, reconocen el avance talibán y la falta de resistencia ante los cada vez más numerosos extremistas que "están en todas partes", dicen fuentes oficiales citadas por la prensa pakistaní.
Algunos al tos funcionarios gubernamentales se han visto obligados a abandonar el distrito, dicen los medios locales.
La televisión paquistaní muestra a los talibanes patrullando por las calles e imponiendo su ley bajo la fuerza de las armas. "Han tomado Buner, luego irán a por Mardar y eso será el final del juego", reconoce un alto cargo provincial en declaraciones al The New York Times.
La semana pasada los talibanes impusieron la sharía (ley islámica) en el valle del Swat, región al noroeste y fronteriza con Afganistán, después del "acuerdo de paz" con el Gobierno.
Los rebeldes se alzaron en armas en Swat a finales de 2007, y Washington, aduciendo la "debilidad" del gobierno, dice temer que el levantamiento "terrorista" se expanda por todo el país en un efecto encedenado.
Segun la CNN, Hillary Clinton afirmó en el Senado que EEUU teme la "desintegración" del Estado pakistaní, y advirtió el miércoles que el Gobierno de Alí Azif Zardari ha fracasado en sus políticas para combatir a los talibanes, según publica la cadena CNN.
"Creo que no podemos infravalorar la seriedad de una amenaza existente en el Estado de Pakistán por el avance terrorista, ahora están a unas horas de Islamabad", señaló Clinton ante el Comité de Asuntos Exteriores.
En su primera presentación ante los legisladores desde que es secretaria de Estado, Clinton aseguró que el objetivo primordial de la Administración de Obama es "combatir a Al Qaeda" en la región, tanto en Pakistán como Afganistán, y pidió redoblar el esfuerzo militar y civil en la zona. Clinton llegó a calificar el problema paquistaní como "amenaza global".
Tras los ataques "terroristas" en Bombay, en diciembre pasado, Washington (todavía con Bush en la Casa Blanca) utilizó los patrones de costumbre: La CIA señaló como autor del atentado a un grupo islámico pakistaní, la India (aliada de la maniobra) lanzó el involucramiento del gobierno de Pakistán en la operación, y la Casa Blanca cerró el círculo intimando a Islamabab a una mayor cooperación en la persecución y el exterminio de los grupos talibanes que operan en su frontera con Afganistán.
De esta manera, aparecía -según los expertos- uno de los objetivos encubiertos centrales del exterminio "terrorista" en la India: Romper la reticencia del gobierno pakistaní a colaborar y preparar con EEUU el terreno para una ocupación militar de la frontera con Afganistán donde se encuentran las bases centrales de la resistencia talibán.
La estrategia de Obama aprobada en la última cumbre de la OTAN, hace dos semanas, reafirmó una tendencia ya probada: La "guerra contraterrorista" en Afganistán no fue una política coyuntural de Bush y los halcones neocon, sino que expresa una estrategia global del Estado imperial norteamericano que cuenta con una clara línea de aceptación y apoyo entre sus socios sionistas de la Unión Europea.
De los escenarios de conflicto predominantes, la guerra de ocupación en Afganistán y su impacto en el vecino Pakistán, sobresale nítidamente como el frente más "peligroso" para el eje ocupante EEUU-OTAN, cuyas tropas se encuentran sometidas a una feroz y sangrienta contraofensiva de los talibanes que ya controlan el 72% de Afganistán.
Sin la mano dura de Musharraf, atacado por un vacío de poder ascendente, metido en un espiral de crisis económica, y con una escalada indetenible de violencia y atentados en las grandes ciudades, Pakistán, un resorte geopolítico-militar clave en la estrategia regional de Washington y un aliado invalorable en el marco de la disputa con Rusia e Irán, comienza convertirse en un dilema difícil de resolver para los halcones de la Casa Blanca.
Obama tiene a Pakistán y a Afganistán como sus principales prioridades en política exterior, y con la continuidad de Gates en el Pentágono y con el nombramiento de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado ratificó su idea de "no innovar" y continuar con la política de los halcones republicanos.
Pakistán, un aliado estratégico clave de EEUU, es un país en crisis y en "guerra permanente", y en este escenario -afirman las usinas conservadoras- resulta suicida dejar el país en manos de políticos débiles y divididos.
Cuando se habla de Pakistán, se habla de Afganistán: Una frontera por donde -en la visión de Washington- se infiltra la "guerra contraterrorista" en el gigante islámico con dientes nucleares.
El eje de la nueva estrategia de EEUU para Afganistán presentada hace dos semanas por Obama a sus socios europeos de la OTAN, incluye envío de más soldados adicionales a ese país, y sitúa su objetivo central en la destrucción de Al Qaeda y de sus bases "terroristas" diseminadas en la frontera con Pakistán.
El viejo plan archivado de Bush de ocupar militarmente las zonas de Pakistán en "peligro" -según lo rescata Hillary Clinton- parece reciclarse con las advertencias estadounidenses de que el país está a punto de ser tomado por los talibanes.
Una vez que asumió Obama ha puesto reiteradamente de manifiesto su creciente "preocupación" ante lo que denomina el "fuerte avance del extremismo islámico en Pakistán", un gigante con bomba nuclear aliado de Washington en la lucha contra los talibanes.
Hillary Clinton acusó el miércoles al Ejecutivo paquistaní de "ceder más y más territorio" a los insurgentes y los talibán y de no estar haciendo suficiente contra estos grupos.
"Creo que no podemos subrayar más la seriedad" de este asunto, dijo. La secretaria de Estado advirtió de que "un grupo de terroristas y otros individuos que intentan derrocar el Estado paquistaní" están ahora "a sólo unas horas" de viaje de Islamabad.
El embajador paquistaní en Estados Unidos, Husain Haqqani, descartó de plano la posibilidad de que los talibán lleguen a controlar la capital y negó que el acuerdo de paz en Swat signifique que el Gobierno ya no asume sus responsabilidades para con el pueblo paquistaní.
Haqqani rechazó la idea que, a su juicio, difunden los medios de comunicación de que Pakistán se enfrenta a una situación en la que podría capitular ante el avance de los combatientes talibán y éstos tomarían el poder como hicieron en Afganistán en la década de los años noventa.
Según The Washington Post, Hillary Clinton y el Departamento de Estado están creando una sensación de "peligro inminente" y de impotencia del gobierno pakistaní para detener el avance taliban, como un escenario de justificación de una inminente invasión militar a ese país.
Para EEUU y las usinas conservadoras de EEUU, Pakistán, también en frontera con Irán, es una extensión natural del combate contra el terrorismo en Afganistán, metido en la geografía de los corredores energéticos y del conflicto en el Cáucaso.
Washington presiona al gobierno de Islamabad para obligarlo a un nuevo pacto que le permita cerrar su objetivo de ocupación militar en el enclave estratégico de la frontera Afganistán-Pakistán.
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