LUCAS 21:25-28, dice:
Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas. Los hombres quedarán sin aliento por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra, porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del hombre que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.
Washington, 10 may (EFE).- La cresta de la crecida del río Misisipi alcanzó hoy la ciudad de Memphis, en Tenesí, donde cientos de familias tuvieron que ser evacuadas al llegar el nivel del agua hasta 14,6 metros, según informaron las autoridades.
El Servicio Meteorológico Nacional indicó que las aguas llegaron de madrugada a esa cota, a pocos centímetros por debajo de la máxima registrada en 1937, y permanecerán en esos niveles de 24 a 26 horas.
A primera hora de hoy la corriente del río estaba a 4,22 metros por encima del nivel que se considera como inundación.
Cientos de residentes en Memphis y West Memphis, así como en Arkansas, han sido evacuados y alojados en albergues, informaron las autoridades.
La ciudad está protegida por un sistema de diques construidos tras una gran inundación registrada en 1927, que cubrió más de 8 millones de hectáreas y causó 500 muertos. Diez años después se produjo otra, que marcó el récord hasta el momento en cuanto al nivel del agua.
Gracias a los diques, la región está ahora mejor preparada para lidiar con las crecientes del Misisipi, el cuarto río más grande del mundo y el mayor de América del Norte.
El derretimiento de las nieves en el nacimiento del río y las lluvias intensas a lo largo de su curso durante las últimas semanas se han combinado para dar lugar a una creciente que anega ciudades y tierras agrícolas a lo largo de cientos de kilómetros.
El cauce principal del Misisipi está tan crecido que los ríos y arroyos que desembocan en él no pueden afluir, con lo que han anegando vastas regiones de los Estados de Illinois, Misuri, Arkansas, Tenesí y amenazado con inundaciones a Misisipi y Luisiana.
En Luisiana, el Cuerpo de Ingenieros ya abrió parcialmente un desaguadero que desvía las aguas del Misisipi hacia el lago Pontchartrain, al norte de Nueva Orleans, aliviando la presión sobre los diques que protegen a esa ciudad construida, en su mayor parte, a nivel más bajo que el lago.
La última vez que se abrió ese desaguadero, unos 50 kilómetros río arriba de Nueva Orleans, fue durante la inundación de 1927, y su apertura, ayer, fue la décima desde que se completó la obra en 1931.
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