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miércoles, 1 de abril de 2009

La reunión del G-20, la Torre de Babel


Rumbo a la creación de una moneda mundial, Gobierno que será regido por un gobernante. LLamado el Anticristo.

La Crisis económica acelerará la plataforma financiera del último reino humano, la formación e integración va tomando las características proféticas, en la semana 70, los últimos 7 años la globalización empujará a TODAS las naciones y economías a entrar forzadamente a las reglas del último gobierno humano, esto preparará el escenario perfecto al último líder mundial "el anticristo", el arrebatamiento en cualquier momento puede suceder, ¡ALELUYA, si ven Señor JESÚS!...Génesis 29:28-30, Daniel 2:40-44, 7:7,8, 9:27, Apocalipsis 13:1-7, 17:9-14






pesar de las terribles consecuencias que tiene la crisis mundial en todos los países, la reunión del G-20 de la próxima semana amenaza con convertirse en Babel, en donde todos pretendan construir el camino a la recuperación, partiendo de sus propios planos.

El Grupo de los 20, conformado por países desarrollados y emergentes, que representan 85% de la economía mundial, tiene una cita al más alto nivel el próximo 2 de abril en Londres. No hay otro tema que la gran depresión en la que está sumiéndose el planeta. El problema es que cada uno de los líderes y las organizaciones participantes tienen su propio enfoque de cómo encontrar una solución. Es ahí donde está el problema.

Países como China no desaprovecharán la oportunidad para buscar una mayor influencia en las decisiones mundiales. Esta misma semana, el gigante asiático lanzó la bomba de proponer crear otra moneda de reserva mundial, lo que fue inmediatamente atajado por Washington.

El propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dicho que espera una respuesta contundente de todos los gobiernos para salir de la crisis, al tiempo que ponía sobre la mesa su plan de compra de activos tóxicos. Como respuesta, el primer ministro checo, Mirek Topolanek, decía que la estrategia de Washington era el camino al infierno.

Hay algunos países europeos que pugnarán por la creación de una especie de policía financiera mundial que se encargue de verificar la regulación de los mercados. Algo que, ni en sueños, podría aceptar un país como Estados Unidos.

Incluso los mercados tienen su postura respecto de la reunión de Londres. No quieren ver que el resultado sea un cúmulo de nuevas regulaciones que acaben por atrofiar el comportamiento de los propios mercados. Sí quieren medidas prácticas que impliquen el poder tocar fondo pronto en esta crisis. Si no se obtienen resultados, deberíamos estar preparados para nuevas bajas importantes en las bolsas.

En fin que unos quieren mucho dinero público sobre la mesa para propiciar la reactivación; otros quieren que de la reunión del G-20 salga un catálogo de nuevas reglas financieras para evitar los abusos en los mercados; otros más pretenden que los países ricos ayuden a los países pobres.

El término New Deal es chocante, por su referencia histórica, pero si los asistentes a la Cumbre del G-20 no logran las bases de un verdadero nuevo orden mundial, estamos en la puerta del agravamiento de la crisis y ante la semilla de futuras crisis más devastadoras.

La primera piedra

Si los cableros han optado por la estrategia del enfrentamiento directo y abierto con las empresas de Carlos Slim, seguro tendrán medido el impacto de ello. Pero que no pretendan sumar en su aventura bélica al gobierno federal y menos al Presidente de la República.

Fue bochornoso, por decir lo menos, escuchar al Presidente de una agrupación tan seria e importante como la Cámara Nacional de la Industria de las Telecomunicaciones por Cable, usar la Expo Convención Canitec 2009 para lanzar sus dardos en calidad de verdad absoluta.

Alejandro Puente acusó, así ligerito, a Telcel y Telmex de ser un obstáculo, de ir contra el interés público, de querer conservar sus prebendas. En fin, los mismos gritos de guerra de costumbre. Muy respetables sus puntos de vista, pero no para ser utilizados frente al Felipe Calderón. Como buscando un indirecto aval presidencial.

Y claro está que el Presidente, que si algo quiere es que ya no se abran más frentes de batalla en el país, respondió como Jefe de Estado: “No será y no podrá ser por la vía de las descalificaciones individuales, incluso personalizadas, como podrá verdaderamente avanzarse en el campo de una competencia ordenada entre proveedores de servicios de telecomunicaciones en el país”. Así de claro y contundente.

La vía legal no es la mejor vía, es la única. Fomentar una guerra en un sector tan importante y en un país que ya tiene tantos conflictos, parece algo muy irresponsable.