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lunes, 12 de abril de 2010

La destrucción nuclear amenaza al mundo

OBAMA PROMETE PAZ Y SEGURIDAD

paz y seguridad? ¿se cumplirá pronto esta profecía?
“Cuando sea que ellos estén diciendo: “¡Paz y seguridad!”, entonces destrucción repentina ha de sobrevenirles instantáneamente.”—1 Tesalonicenses 5:3.




Lejos del desarme. EE.UU. y Rusia fijan audaces recortes, pero no son los únicos protagonistas India y Pakistán cuentan con poder nuclear y rivalizan Estrategias peligrosas de Irán y Corea del Norte
La destrucción nuclear amenaza al mundo
El Presidente quiere impedir comercio ilícito de tecnologías y materiales nucleares Varios países sospechosos de tener armas químicas y biológicas Siria planearía enriquecer uranio


WASHINGTON | THE ECONOMIST

Cuando Barack Obama prometió en Praga, hace un año, "buscar la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares" y ganó el Premio Nobel de la Paz por ello, hasta él sintió que los aplausos eran prematuros.

El Presidente sabía que la lista de las tareas que tenía pendiente era larga: reducir el papel del arsenal nuclear en la defensa de EE.UU.; recortar el número de cabezas nucleares en un nuevo y audaz tratado con Rusia (lo firmó el jueves en Praga con su par ruso, Dmitri Medvedev); lograr la aprobación del Senado para el tratado de prohibición de pruebas nucleares; buscar la veda de ONU a la producción de materiales utilizables para bombas nucleares y, mientras, poner todos los materiales nucleares fuera del alcance de los terroristas.

El verdadero premio que perseguía Obama era el apoyo internacional para fortalecer el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en la reunión de revisión quinquenal convocada para mayo.

Si bien hace un año dio renovado entusiasmo a los que eventualmente apoyarán el desarme, Obama reconoció que un mundo sin bombas nucleares probablemente no se produciría durante su vida. Desde entonces descubrió que tildar los puntos de su lista para llegar a "cero armamento" resulta mucho más difícil de lo que imaginó.

En principio, el nuevo tratado con Rusia debió haber sido fácil de definir. Las dos partes quieren las normas de verificación acordadas. Pero, las negociaciones se extendieron demasiado. El resultado tampoco es el documento audaz del que habló Obama. A lo largo de diez años, reducirá las ojivas nucleares desplegadas por cada país a 1.550 (una reducción de un tercio por debajo del máximo de 2.200 que se permitirá en 2012, según un acuerdo anterior) y el número de misiles y bombarderos desplegados a 700 por país. En contraste, una comisión conjunta respaldada por los gobiernos de Australia y Japón, en fecha reciente, llamó a reducciones más profundas: 2.000 cabezas nucleares en el mundo para 2025, con no más de 500 cada uno, de cualquier tipo para Rusia y Estados Unidos.

Pero, Obama ha continuado aplicando esta lógica. No declaró, como querían algunos dentro y fuera de su gobierno, que EE.UU. nunca será el primero que usaría las armas nucleares. Eso hubiera dejado inquietos a aliados en lugares expuestos, que dependen para su seguridad del escudo nuclear de EE.UU.

En cambio, la Revisión de la Postura Nuclear que anunció el martes último, repite un compromiso anterior de que EE.UU. no usará sus armas nucleares contra Estados que no las tengan y estén en cumplimiento de los compromisos del TNP. En teoría, eso deja a Irán, Siria y otros sospechosos de desarrollar actividades nucleares ilícitas, en una lista de potenciales objetivos de ataque. Sin embargo, Obama descartó, como nunca lo hizo George W. Bush, represalias nucleares contra ataques con armas químicas, biológicas o ciber ataques por países que no tienen armas nucleares, con excepción de si la seguridad de EE.UU. y sus aliados está en riesgo.

Coincide con Bush que EE.UU. puede hacer recortes profundos de los stocks de armas que mantiene en reserva para cubrirse de fallas técnicas o de una sorpresiva nueva amenaza. Obama opta por mejorar algunas de las armas existentes en lugar de reemplazarlas, pero también mejorará aún más los laboratorios de armas nucleares estadounidenses y otras instalaciones. El vicepresidente, Joseph Biden, ha calificado a los laboratorios de "tesoros nacionales". El presupuesto de Obama incluye US$ 624 millones por sobre el monto ya asignado por el Congreso el año pasado, para esa labor. En los próximos cinco años habrá más recursos para esos laboratorios.

AL MARGEN. De acuerdo con el TPN original, las cinco potencias reconocidas -EE.UU., Rusia, Gran Bretaña, Francia y China- debían dar los pasos hacia el desarme nuclear, mientras otros miembros del tratado se comprometieron a no buscar armas nucleares y limitarse al uso pacífico de la energía nuclear. Quien asuma la tarea de liderar el fortalecimiento del tratado necesitará que otros lo sigan. Pero, el clima hacia la reunión de revisión de mayo, no es muy optimista. Los dos temas que están entre las prioridades -negociar un tratado verificable de suspensión de producción de materiales fisibles, y aplicar el tratado que veda pruebas nucleares- parecen tan lejanos como siempre.

Pakistan no quiso firmar un acuerdo para impedir la producción de materiales nucleares, que se acordó en Naciones Unidas, en 2009. Estaba molesto por un acuerdo que el gobierno de Bush hizo con su rival, India. Eso exoneró a India de las restricciones globales al comercio nuclear civil que se aplican a países fuera del TNP y que como India y Pakistán, tienen arsenales nucleares al margen de las normas de dicho tratado. Permitir importaciones nucleares para uso civil ayuda a eliminar el cuello de botella para el programa militar de India. Por tanto, Pakistán pidió ayuda a China para producir uranio enriquecido y plutonio, con la finalidad de mantenerse al ritmo de India.

Ante esta realidad, Obama confía que la cumbre especial sobre seguridad nuclear, de la que será anfitrión mañana y el martes, en Washington DC, dará el impulso necesario para abordar al mes siguiente la revisión del TNP. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya anunció que no concurrirá y enviará a su Ministro de Inteligencia. La idea de Obama es unir los esfuerzos separados para impedir el comercio ilícito de tecnologías y materiales nucleares, como parte de los esfuerzos paralelos destinados a alentar a los países a comprar servicios de combustible nuclear de abastecedores confiables, en lugar de producirlo ellos con tecnologías que también pueden ser distorsionadas para producir armas.

¿Esto será suficiente? Obama quiere fortalecer el TNP, logrando que todos firmen un Protocolo Adicional que fijará inspecciones más severas y hará más difícil hacer trampa, como hizo Corea del Norte. Pero, enfrenta oposición.

Irán todavía es miembro de ese tratado y sostiene que lo hace con buena reputación, aunque otros sospechan que tiene un programa militar encubierto. Resistirá toda acción que pueda desarticular su estilo nuclear. Egipto se resiste desde hace mucho tiempo a aceptar más inspecciones invasivas hasta que se avance en hacer del Medio Oriente una zona libre de armas de destrucción masiva. Eso apunta al arsenal de Israel, aunque se sospecha que otros tienen armas químicas y biológicas. Se sospecha que Siria tiene planes de producción de plutonio en un reactor nuclear secreto que construyó con ayuda de Corea del Norte y supuesta financiación iraní, que fue bombardeado por Israel, en 2007, poco antes de que estuviera terminado.

DUDAS. Sin embargo, la primera tarea, será lograr que el nuevo tratado de armas estratégicas sea ratificado por el Senado de EE.UU. y la Duma de Rusia. Los recortes que incluye pueden no ser ambiciosos, pero el tratado tiene otras aplicaciones útiles. Al fijar un techo único para cabezas nucleares y sistemas de lanzamiento, permite que cada país configure sus fuerzas según sus necesidades. Esta versión más sencilla del tratado reduce la carga de las inspecciones y fija principios de verificación más precisos que habilitarán recortes más profundos en el futuro.

Los dos países parecen muy interesados en hacer más reducciones, después que el tratado sea ratificado. EE.UU. se preocupa por el arsenal de armas nucleares tácticas de Rusia, que a su vez teme al mayor número de armas estratégicas que EE.UU. tiene almacenadas. Pero, una cabeza nuclear es una cabeza nuclear, más allá del alcance con que pueda ser lanzada. Obama todavía tiene que ganarse ese premio de la paz, aunque ha tenido un comienzo. La duda es si otros países están dispuestos a seguir ese camino.

La cifra
200 Es el número estimado de armas nucleares tácticas que Estados Unidos todavía tiene en Europa. Rusia quiere que las retire.

Terrorismo y materiales sin custodia
El presidente Obama está convencido que el terrorismo nuclear, ahora, plantea una amenaza mayor que la remota posibilidad de una guerra nuclear. Mañana, recibirá a más de 40 jefes de gobiernos en una cumbre que tiene por finalidad definir medidas más severas para asegurar los materialess nucleares que están desprotegidos en el mundo. Fijó una meta de cuatro años para que los materiales más peligrosos estén seguros. Sus asesores creen que Obama está demasiado ambicioso en el tema, aunque ven a la cumbre como "un ejercicio para despertar conciencia".

Obama sigue enfrentando una disyuntiva antigua en cuanto a cómo apuntar las armas estratégicas de Estados Unidos. ¿Los misiles apuntarán a Moscú, Beijing o Teherán? Las ciudades están excluidas, pero aunque los objetivos sean militares, millones morirían. Obama evalúa el dilema. Autoridades dicen que el tema es objeto de revisión secreta. (Newsweek)